Japón aumenta su presupuesto militar debido a las crecientes tensiones regionales
Japón ha anunciado recientemente un aumento drástico en su presupuesto militar, enfrentándose a crecientes tensiones regionales, especialmente relacionadas con las actividades de China, Corea del Norte y Rusia. El presupuesto militar más grande en la historia de Japón asciende a 59 mil millones de dólares para el año fiscal 2025, continuando tendencias que comenzaron hace más de una década bajo el antiguo primer ministro Shinzō Abe. El primer ministro Fumio Kishida confirmó planes para que el gasto militar alcance el 2% del PIB para 2027, llevando a Japón a alcanzar el estándar de la OTAN para los gastos militares [9].
Uno de los principales objetivos del aumento del presupuesto es fortalecer las capacidades de disuasión contra las amenazas a través de la modernización y la expansión de las capacidades militares. Los cambios más significativos incluyen la adquisición de armas modernas, como los misiles de crucero Tomahawk que Japón importa de EE.UU., y el desarrollo de nuevos sistemas de misiles, incluidos misiles hipersónicos de producción nacional. Además, se ha anunciado el lanzamiento de una nueva constelación de satélites que proporcionará mejores capacidades de detección y seguimiento de objetivos para mejorar la defensa [10].
Respuesta estratégica a las amenazas en el Indo-Pacífico
Japón se enfrenta a una "nueva era de crisis" en la que las crecientes amenazas de China, Corea del Norte y Rusia afectan directamente la seguridad del país. Las actividades chinas en el Mar de China Oriental y Meridional, incluidas las tensiones sobre Taiwán, exigen que Japón refuerce sus capacidades militares en la región. El presupuesto destina 8.77 mil millones de dólares para mejorar el Sistema de Defensa Aérea y de Misiles Integrados (IAMD), que ya ha sido adoptado por las fuerzas estadounidenses. Este sistema es crucial para la defensa de Japón contra las amenazas potenciales de armas hipersónicas desarrolladas en China, Corea del Norte y Rusia [8].
Además de modernizar las capacidades de defensa, la Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón (JMSDF) ha invertido recursos significativos en la construcción de dos nuevas fragatas multipropósito llamadas "New FFM", que reemplazarán a las anteriores clases Mogami. Estas fragatas tendrán capacidades mejoradas de guerra antisubmarina y capacidades mejoradas para diversas operaciones en el mar. Además, la JMSDF está trabajando en modificar sus dos portahelicópteros de clase Izumo en portaaviones ligeros que apoyarán operaciones con aviones Lockheed Martin F-35B hasta 2027 [8].
Fortalecimiento de las capacidades de defensa y nuevos enfoques
Además de las operaciones navales, una parte significativa del presupuesto se destina a nuevas tecnologías, como los sistemas no tripulados. El Ministerio de Defensa japonés busca desarrollar capacidades de defensa a través de sistemas de vehículos aéreos no tripulados (UAV), y tiene planes de inversiones de 850 millones de dólares con este fin. El uso de sistemas no tripulados también incluye sistemas de vigilancia y guerra electrónica, que mejorarán aún más las capacidades de las Fuerzas de Autodefensa de Japón en la región [9].
El ministerio también está trabajando en aumentar las capacidades de maniobrabilidad y el despliegue rápido de tropas, lo que incluye la compra de tres barcos móviles para las Fuerzas Terrestres de Autodefensa de Japón (JGSDF). Estos barcos deben garantizar el transporte rápido y fiable de las unidades necesarias para repeler posibles ataques en las islas suroeste de Japón. Además, se prevé la construcción de nuevas instalaciones militares, incluidos depósitos de municiones y apoyo para casos civiles en caso de desastres naturales [8].
Impacto en la economía y la opinión pública
Uno de los desafíos clave del aumento del presupuesto militar radica en las condiciones económicas a las que Japón se enfrenta actualmente. La depreciación del yen, que hasta julio de 2024 había caído a su nivel más bajo en casi cuatro décadas, afecta significativamente los costos generales de adquisición de sistemas y equipos militares, especialmente dado que la mayoría de estas adquisiciones se realizan en un dólar estadounidense más fuerte. Por lo tanto, el gobierno japonés ha anunciado medidas para lograr "mayor eficiencia" a través de contratos a largo plazo y compras en grupo [11].
A pesar de los planes significativos para aumentar el gasto militar, la cuestión de la financiación sigue siendo sensible. El gobierno ha propuesto aumentar impuestos para asegurar los fondos necesarios para la construcción militar, pero la opinión pública sobre esta propuesta sigue siendo incierta, y se espera que los debates sobre la política fiscal se intensifiquen más adelante este año [11].
Estos cambios en la política militar reflejan la creciente presión sobre Japón para mejorar sus capacidades de defensa y responder a las crecientes amenazas en la región del Indo-Pacífico, lo que también implica una estrecha cooperación con aliados clave, como EE.UU., y un fortalecimiento de la diplomacia con países europeos y asiáticos. Todas estas medidas están alineadas con los preámbulos fundamentales de la constitución japonesa sobre mantener una orientación defensiva y no convertirse en fuerzas militares que amenacen a otros países [11].
Hora de creación: 03 noviembre, 2024
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